28/11/09
Muchos me preguntaron el sentido del acto en sí, muchos me preguntaron que donde iba cargada con una almohada por la calle o porque al final del día estaba cubierta por 100 tipos diversos de relleno de cojín... ¿Y por qué no? Adrenalina, retroceso a la infancia, diversión, terapia bien llevada, dolor de cabeza... Ganan los Pros!!
Y aquella mañana, para muchos de resaca, toda la juventud... y pikatchu (objetivo principal de todos los golpes por llevar una llamativa almohada con la forma del susodicho personaje nombrado) nos aporreamos de lo lindo con los cojines. Que genial cuando ves estallar uno tras otro los almohadones de plumas (que yo ni por asomo me atrevería a llevar a una guerra de almohadas) y toda la Piazza maggiore se llena de nieve artificial.
Era genial ver a todos intentando volver a ser niños y consiguiéndolo, ¿Qué mejor terapia hay que esa?
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