Y te encontraste alli perdida. En plaza santo stefano ya no dejan cantar canciones de amor, dicen que despiertan a quienes metidos en la simplicidad, duermen en un sueño profundo de banalidades responsables y racionales, dormitan en una duermevela constante de la realidad que en ese preciso momento, pensarías que jamas ibas a probar.
Y sigues allí, expulsada de la intimidad de aquella plaza irregular, en piazza maggiore. El alcohol, que no deja de correr por tu garganta, ha generado de una forma inconsciente una trayectoria monótona, como la de una cascada natural... El liquido pasa y la ansiedad se va... Y a veces se me olvida...
Se me olvida los viajes en moto, agarrarte de la cintura a 4km por hora para justificar el peligro de la velocidad, las noches en tu colchón prestado, la promesa eterna de subir a tu tejado, la cleptomania de tus labios y los bailes inesperados de nuestras manos... A veces se me olvida, cuando me rodea toda una noche precisa, con las guitarras de fondo y los colores fuego de la piazza, y aquel juego de palabras en el que incoscientemente solo pronuncio tu nombre, y me repito una y otra vez... tengo que luchar, aunque sea para morir en la actuación falsa de quien te roba palabras por no robarte besos.
Y sobre mi cabeza... aquel reloj, que ya marca las 3 de la mañana.
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